Cuando el pasado verano decidimos hacer una ruta visitando las cinco capitales más bonitas de centro Europa, os debo confesar que la inclusión de Cracovia fue principalmente para visitar el campo de concentración de Auschwitz – Birkenau
¿Y porqué visitar Auschwitz ?

Seguramente os lo estaréis preguntando ¿Visitarías Austwichz con niños? En este caso mi respuesta es no,por razones que más adelante os contaré, pero ¿Y con una hija adolescente? Rotundamente sí.

Porqué visitar Auschwitz

Es imposible comprender la historia moderna sin conocer la historia de la Segunda Guerra Mundial y sin conocer la construcción del mayor campo instaurado por la Alemania Nazi a lo largo de Europa: Auschwitz.

Conocer ayuda a entender, y entender ayuda a evitar que cosas así vuelvan a suceder. Aunque estaréis de acuerdo conmigo que cosas así de una u otra forma siguen sucediendo.

Viajar es la mejor estrategia de aprendizaje que podemos tener, y transmitir conocimiento o ponerlo al alcance el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos.
Por eso la pregunta ¿Y porqué visitar Auschwitz con una adolescente? queda más que contestada.

Como visitar Auschwitz

El terrible campo de exterminio Auschwitz-Birkenau se encuentra en la localidad de Oświęcim aproximadamente a una hora en coche desde Cracovia.

Llegar a sus puertas te recordará el ambiente de cualquier lugar turístico, incluso a veces se ha criticado el uso “comercial” que se ha dado al lugar. Es cierto que el ajetreo de coches y autobuses de turistas es muy similar. Es lo primero que nos llamó la atención.

Puedes comprar tus entradas guiadas o no, en las taquillas donde hay interminables colas desde primera hora de la mañana. Pero mi consejo, como hicimos nosotros, es que reserves un tour guiado en español porque es más fácil el acceso y más completa la visita con las explicaciones.

Lo segundo que te va a sorprender son las medidas de seguridad bastante estrictas, debes dejar mochilas y bolsos en taquillas de manera obligatoria. Sí puedes pasar la cámara de fotos.

Y una vez que cruzas la entrada alambrada que tantas veces hemos visto en las películas lo primero que nos sorprendió fue: El silencio.

Todo aquel ajetreo turístico de la entrada se transforma en silencio y respeto.

A veces he visto noticias de instagramers insensatos que por un like se hicieron fotos muy irrespetuosas en este lugar, pero mi experiencia es que el 100% o el 99% de las personas que visitan Auschwitz sienten un profundo respeto y tristeza al cruzar sus puertas.

Algunos datos sobre Auschwitz

En los campos de  Auschwitz y Birkenau más de 1.100.000 personas fueron asesinadas de manera sistemática e industrializada entre junio de 1940 y enero de 1945.
Niños y niñas, mujeres y hombres, en su mayoría judíos de diferentes nacionalidades, deportados, asesinados, convertidos en esclavos, reducidos a un número, deshumanizados y humillados.

De los 1.3 millones de personas deportadas a Auschwitz por el régimen nazi de Hitler, apenas se registró e internó en el campo a 400.000.
Los 900.000 prisioneros restantes fueron gaseados y quemados en los hornos crematorios del campo en un plazo de apenas unas horas desde su llegada en tren.

Más del 50 % falleció a causa del hambre, el trabajo extenuante, las ejecuciones, torturas y castigos de distinto tipo, enfermedad y epidemias, experimentación pseudo-científica y las duras condiciones del día a día en el campo.

Datos exposición: Auschwitz, No hace mucho, no muy lejos

En la visita guiada el grupo escucha muy atento el relato del guía, observo los ojos humedecidos de la gente, otros enmudecen y el guía a veces en medio de su relato no puede evitar que se le quiebre la voz.
Caminamos por caminos embarrados cuando llueve y polvorientos en verano, entre barracones de madera, con placas y números en la puerta. Cada barracón una historia, cada historia un dolor, cada rincón unos recuerdos o restos…

Zapatos, zapatos gastados, doblados, rotos, grandes o muy pequeños, Montañas de zapatos…

En otra estancia, maletas, maletas grandes, maletas pequeñas, maletas lujosas y pobres maletas. ¿Cuantas vidas guardadas en esas maletas? Montañas de maletas…

Cabellos, cabellos rubios, cabellos morenos, cabellos cortos o largas cabelleras¨: Montañas de cabello…

Gafas, más gafas, gafas de niños, gafas de abuelos, gafas de intelectuales, gafas de maestros: Montañas de gafas….

Vasos, platos, cucharas, cacerolas, montañas de utensilios, montañas de hambre…

Ojos, ojos abiertos destacando de las caras demacradas, ojos que se clavan en el alma, fotografías de cientos de personas enmarcados en “pijamas de rayas”.
Personas, sí personas, porque detrás de cada uno de esos números exterminados había cientos de vidas con sus historias, sus hijos y padres, con sus profesiones, con sus miedos y alegrías, con esperanzas y futuro…montañas de personas.

Latas, latas de metal con etiquetas con extrañas siglas, el gas, el gas de las cámaras de gas…
Allí están, aún están las cámaras de gas, cubícuos de muerte segura hacia donde desfilaban “aborregadamente”, los primeros confiados; “iban a las duchas”.

Los últimos resignados, cualquiera que observara el devenir del día a día en el campo seguro que sospecharía de aquellas duchas de donde no se volvía y sin embargo desfilaban de la mano de sus hijos pausadamente hacia esa muerte esperada y que sospecho deseada.

Auschwitz y Birkenau son dos campos con una distancia de unos 2 km entre ellos. Birkenau fue construido como campo de exterminio para llevar a cabo “La Solución Final al Problema Judío”, como así lo evidencia la vía de tren que muere en su puerta.

Caminamos por la via, entramos en el campo, barracones separados unos de otros, uno, dos, dos calles, tres calles, tres pares de calles, más caminos, más barracones, cientos de barracones…

Escuchamos música, música muy apagaba…por la vía camina un grupo de judíos, con sus atuendos típicos, cabizbajos, caminan por la vía, entran en el campo por la misma puerta por donde lo hacían tiempo atrás personas como ellos, personas judías, personas, personas.

Me ha costado mucho escribir este post, duras imágenes se agolpan en la mente, imágenes que hemos visto en películas como la magistral “La lista de Schindler” o “El niño del pijama de rayas”, pero que no son ficción, el holocausto nazi existió y fue terrible, no entiendo como aún hay insensatos que nieguen su existencia o lo justifiquen.

Es difícil transmitir información cuando lo que más se han recibido son sensaciones.

Como psicóloga me cabe la duda del eterno dilema, estas situaciones son resultado de locos o realmente ¿existen personas con esta maldad?

Cómo un dirigente moreno y bajito convenció a todo un pueblo de la pureza de una raza que era su antítesis. ¿Estaban ciegos? ¿Por qué este odio? ¿Les resultó más fácil porque no eran considerados personas, si no dicho de algún modo, esclavos, ganado, cosas….?

Visitamos Auschwitz para entender porqué pero después de haberlo conocido, aún entendemos menos.

Cápsula Responsable

Podríamos tener un debate moral sobre el hecho de haber transformado Auschwitz en un lugar de visita. ¿Estos autobuses de turistas son positivos para preservar la memoria o se ha convertido en una atracción más?

Considero que si se hacen visitas desde el respeto y con el rigor histórico que merece se debe conservar este lugar y sus visitas como testimonio de lo que, aún hoy en día, determinadas ideologías justifican o niegan que existiera.

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