Si quieres visitar un castillo verdaderamente impresionante en esta ocasión te sugiero dar un “paseo” por el norte de Copenhagen…si te encuentras en Copenhagen puedes tomar un tren en la estación de Vesterbrog, lo ideal es comprar el billete de 24 horas, no es caro y te permitirá cambiar de tren cuantas veces quieras durante ese dia,así organizarás tu excursión sin prisas.
Deberás tomar el tren de cercanías a Hillerod, a donde llegarás en 30 minutos,una vez bajes en la estación, una perfecta señalización te mostrará el camino y llegarás al Castillo en diez minutos,dando un agradable paseo por esta pequeña ciudad…
El castillo se encuentra enclavado en el centro de un lago. No solo te impresionará su exterior,tambien en su interior sala tras sala se muestra la historia del país mediante retratos, pinturas,mobiliario,etc…
Fue el querido Rey Cristian IV quien le dió su actual esplendor.En el siglo XVII,un incendio en 1859 destruyó casi completamente el edificio,toda la nación se preocupaba por reunir dinero para su reconstrucción,el dinero para su decoración interior lo donó el fabricante de cervezas J.C. Jacobsen(CARLSBERG),en 1865,quien instaló aquí el museo histórico nacional.
Al entrar descubrirás un gran patio interior con una bella fuente en el centro,alrededor de la cual se distribuye el edificio

Una vez hayas pagado una entrada de 45 coronas podrás admirar entre otras cosas la iglesia perteneciente al castillo,cuyo interior se puede ver desde una galeria.
Seguro que después de las casi dos horas que te llevará visitar el castillo te apetecerá darte un respiro en el extenso jardín barroco que rodea al edificio y quizás, si estas bien acompañado, rememorar algún beso furtivo de las intrigas palaciegas…
….¡a gusto del consumidor!

Una vez recuperadas las fuerzas podemos volver a la estación en una pequeña embarcación que “surca” el lago bordeando el Castillo.
A estas alturas empezará a picar el “gusanillo”del hambre, te aconsejo picar algo en Hillerod y tomar el tren de nuevo hasta Frendesborg.El rey Federico IV hizo edificar “el Castillo de la paz” en 1722 en conmemoración del final de la Gran Guerra nórdica el año anterior. Actualmente el edificio sirve de residencia veraniega a la familia real se puede visitar con guía en Julio, pero el inmenso parque tiene acceso gratuito durante todo el año. No te pierdas el “jardin de la reina” una inmensa rosaleda con un olor verdaderamente embriagador…
Nuestra siguiente parada es en Helsingor.Bajaremos del tren en una bonita estación,justo enfrente del canal de Oresund, esta ciudad es famosa por el Castillo de Kronborg.Se edificó en el siglo XV bajo el reinado de Erik de Pomerania,quien habia introducido el arancel del canal.Hasta 1857 todo barco que quería pasar por el estrecho debía pagar una tasa, sirviendo el Castillo para el control del cumplimiento correcto de los pagos.
Despues de reformas, incendios y demás avatares se convirtió en cuartel hasta 1922.Hoy se pueden recorrer las catacumbas y saludar a Holger Danske que descansa aquí abajo hasta el momento en que Dinamarca corra peligro…así cuenta la leyenda o ¡el guía que te acompaña!
Es en este Castillo donde el más famoso de los autores ingleses situó su obra Hammlet.

 

Tambien puedes perderte por sus inmensas salas, visitar el Museo de la Navegación que en el se encuentra o mirar el estrecho desde sus murallas, sentado sobre alguno de los antiguos cañones que conserva, mientras sientes el aire con olor a sal en el rostro e imaginas como llegarían a puerto aquellas naves en una noche de tormenta en este mar tan inhóspito…
Otra curiosidad de esta ciudad es que desde que Suecia se ha incorporado a la Unión Europea, les está permitido a los suecos llevarse a casa cerveza danesa en grandes cantidades.
Helsingor se ha preparado para la creciente demanda y se tiene la impresión de que una tienda sí y otra no se dedica a la venta de cerveza en plena calle, puede ser un final refrescante para esta jornada,después volveremos a tomar el tren hasta Copenhagen,dando un agradable paseo por la costa que quedará a nuestra izquierda según marcha el tren.

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